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Antoni Castells

'Queremos un modelo de financiación federal, como el alemán o el canadiense'

El primer responsable económico del Partido Socialista de Cataluña y del Gobierno tripartito de la Generalitat quiere un modelo de financiación basado en el federalismo alemán o canadiense, 'el único que hará compatibles las aspiraciones catalanas dentro de España'.

Antoni Castells (Barcelona, 1950) quiere transformar la relación financiera de Cataluña con España en un modelo federal 'como el alemán o el canadiense', en el que la Generalitat gestione todos los impuestos que pagan los catalanes, y disponga de una amplia capacidad normativa sobre ellos, especialmente en IRPF, IVA y Especiales. Quiere también, en un contexto de revisión del Estatuto de Cataluña, que la nueva relación financiera comprometa una inversión pública estatal en Cataluña acorde con su participación en el PIB, y pide un esfuerzo intelectual, especialmente al PSOE, para poder entenderse en este modelo que es 'el único que hará compatible las aspiraciones de Cataluña dentro de otra cosa más amplia que se llama España'. Es partidario de aportaciones de solidaridad a las comunidades más pobres, pero siempre que no absorba toda la diferencia de riqueza.

Pregunta. El déficit fiscal del 9,2% que tiene Cataluña con el resto de España parece que va a convertirse en el eje de la discusión financiera entre Cataluña y el Estado y de la reforma estatutaria. ¿Qué desequilibrio debe tener Cataluña con el resto del país?

Respuesta. Este informe ha tenido como base estudios ya existentes. Ha sido elaborado por trece expertos de muy alta cualificación en Cataluña y en España: Guillem López Casanovas, Nuria Bosch, Antoni Zabalza, Juan Francisco Corona, Joaquím Solé Vilanova, Xavier Sala i Martín, Maite Vilalta, Joan Carles Costa, Eduard Rius, Ramón Tremosa, Maties Vives, Joan Ramón Rovira y Marta Espasa. Han realizado un informe muy objetivo, de carácter casi notarial. Las cifras, según la metodología utilizada, oscilan entre el 6,1% y el 9,2%; y en medio el 6,8% del flujo de beneficio sin neutralizar y el 7,5% con flujo monetario y presupuesto neutralizado. Creo que el 7,5% es la cifra más significativa.

'Los mecanismos de nivelación y solidaridad no deben igualar del todo, porque sería insolidario con las comunidades que pagan'

'La inversión para Cataluña en infraestructuras debe establecerse acorde a su PIB'

'Madrid legisla en nuestros servicios y no nos da la llave de los ingresos para pagarlos'

Pero no hay que poner el carro delante de los bueyes: una cosa es la financiación autonómica y otra el déficit fiscal. No podemos plantear la reforma de la financiación en términos de déficit fiscal. Entraríamos en una subasta de números sin sentido. Primero hay que ver los criterios razonables de la financiación, y una vez resuelto, veremos cómo se reduce este déficit. No quiero que este asunto sea el eje de la financiación y la negociación. Con el informe sabemos dónde nos encontramos y me gustaría que este diagnóstico fuera compartido desde el punto de vista técnico.

P. ¿Hay consenso en Cataluña entre políticos, empresarios, sindicatos, sociedad civil, etc. sobre cuál debe ser la aportación de Cataluña al Estado para contribuir a la solidaridad nacional y mantener intacta la capacidad de desarrollo económico catalán?

R. No quiero entrar en una pugna de cifras. En Cataluña existe una coincidencia muy importante sobre algunos puntos básicos. Primero: Cataluña debe contribuir a la solidaridad de otras comunidades autónomas, porque es una comunidad relativamente rica. Segundo: las comunidades deben estar en condiciones de prestar niveles similares de servicios con un esfuerzo fiscal similar. Y tercero: esta contribución no puede ser ilimitada, porque acaba siendo poco solidaria con la comunidad que contribuye. Por tanto, los mecanismos de solidaridad o de nivelación, como los que existen en muchos países federales, deben permitir igualar, pero nunca del todo. Ningún país federal lo hace.

P. Hay que poner, por tanto, un tope en la nivelación ...

R. Existen fórmulas diferentes que pueden resultar de interés, por ejemplo, en Alemania o en Canadá. La idea básica es igualar sí, pero no del todo. Acortar distancias sí, pero no invertir la situación inicial.

P.¿Están hoy las comunidades autónomas en condiciones de garantizar el mismo nivel de servicios?

R. No; existe una situación de desigualdad. Cataluña está en peores condiciones que otras comunidades autónomas. No voy a dar nombres, pero es así: estamos en peores condiciones que otras regiones.

P. Detállenos el modelo de financiación que usted desea para España.

R. Tenemos que avanzar hacia un modelo que adopte la suficiencia y que nos dé mayor capacidad de decidir sobre nuestros propios ingresos. Hoy tenemos una situación en la que existe una gran asimetría entre la importancia que tienen las comunidades como responsables de gasto y prestación de los servicios, y la poca capacidad que tienen para decidir sobre sus propios ingresos. El desequilibrio es enorme. Gastan una parte importante del presupuesto público, pero no tienen la llave de sus ingresos. Y esto acaba provocando tensiones sobre los presupuestos autonómicos y sobre el estatal. Podríamos decir que hemos llegado incluso a una situación de irresponsabilidad fiscal a la inversa: el Estado legisla e impone obligaciones de gasto en determinadas materias que son responsabilidad de las comunidades (en educación, en sanidad, en servicios sociales) y no pueden financiarlos porque no tienen la llave de sus ingresos.

Tenemos un caso paradigmático en sanidad, donde los gastos nos crecen más que los ingresos, porque no tenemos la posibilidad de incrementar los recursos, de darle al grifo. Yo entiendo que el Estado tampoco tiene dinero; pero tiene una cosa que yo no tengo: el grifo para aumentarlos.

P. Cuál sería la solución?

R. Qué planteamos: queremos un modelo de tipo federal. Las posiciones extremas no nos darán la solución. Ni los que conciben la situación de Cataluña con España como la de Alemania con la Unión Europea, en la que yo pago tanto y usted se olvida de mi; ni los que conciben las cosas como si sólo hubiera un gobierno central que es el único que se relaciona con los ciudadanos y los gobiernos autonómicos no existieran. El modelo federal es el único que hace compatible el autogobierno, la autonomía, la voluntad de Cataluña de ser ella misma, con el hecho de formar parte de una cosa más amplia que se llama España. Es la única solución. No hay solución en los extremos. No podemos afirman a Cataluña negando a España ni afirmar a España negando a Cataluña.

Hagamos todos un esfuerzo, también fuera de Cataluña. Cuando planteamos nuestras propuestas no estamos buscando privilegios ni queremos romper con España.

P. ¿En qué puntos debe basarse un modelo de gestión financiera federal?

R. Primero: La capacidad del Gobierno de Cataluña para administrar (recaudar, gestionar, liquidar, etc.) los impuestos que pagan los ciudadanos catalanes. Los propios, los compartidos y los cedidos. Todos, con la única excepción de la Seguridad Social. Y hacerlo con fórmulas de colaboración con la Administración tributaria central, y si es preciso fórmulas de consorciación.

Segundo: Sobre estos impuestos la Generalitat tiene que tener margen de capacidad normativa, sabiendo que puede ser más amplia en algunos que en otros. En los que el margen es más estrecho deben establecerse fórmulas de codecisión que pueden materializarse en el Senado o en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

Tercero: Una parte del rendimiento de estos impuestos debe corresponder a las comunidades autónomas y otra parte al Estado, según los porcentajes de participación que se acuerden.

Cuarto: Debe existir una aportación de solidaridad del conjunto de las comunidades autónomas respondiendo al criterio de que se puedan prestar niveles similares de servicios si se realiza un esfuerzo fiscal similar.

Quinto: Deben existir mecanismos de nivelación, de acuerdo con los criterios que antes he apuntado.

Y sexto: Queremos que se establezca un criterio para la inversión en infraestructuras del Estado en Cataluña, de manera que el porcentaje de inversión tienda a aproximarse al del PIB con carácter plurianual.

Creo que sobre estas bases se puede construir un buen sistema de financiación en el que estamos pensando, parecido al de países federales con una cierta tradición, como Canadá o Alemania.

P. ¿El reparto de impuestos cómo debería hacerse?

R. En España tenemos un sistema fiscal ya muy consolidado. En los grandes impuestos (IVA, Renta, Sociedades, etc.) deberíamos ir a fórmulas de coparticipación. Deberíamos habilitar espacios de autonomía tributaria para las comunidades autónomas. En IRPF el espacio de autonomía tributaria puede ser amplio y en otros, como IVA o Sociedades, será seguramente más estrecho. Además las comunidades deben tener responsabilidad exclusiva en determinadas figuras tributarias, como los tributos que ya están plenamente cedidos pero siguen siendo de titularidad estatal.

P. ¿Qué parte de cada impuesto y qué tipos impositivos precisa Cataluña para atender su nivel de gasto e inversión?

R. Necesitamos dos cosas: poner el nivel de partida en un nivel superior al que está ahora, aunque no quiero cuantificarlo. Y que tengamos un nivel de suficiencia que evite tener que estar reajustando cada dos por tres. Si definimos de una vez los pilares del modelo, como ocurre en los países federales, no habrá que darle más vueltas. Cada cinco o seis años discutiremos 'del' modelo, pero no 'el' modelo.

P. Qué capacidad normativa puede haber en IVA y Especiales?

R. Unos tienen más dificultad que otros. Pero en Especiales empezó diciéndose que era imposible hace cuatro años y cuando se quiso se encontró una solución en cuatro días. Y en IVA igual: hay que hacer esfuerzo de dejar el asuntos en manos de una comisión de media docena de buenos expertos, y seguro que hay soluciones.

P. Hasta ahora las regiones han utilizado muy poco su iniciativa fiscal en los impuestos sobre los que tienen poder parcial.

R. En algunos de los impuestos cedidos se utiliza bastante; fíjense que en Sucesiones no deben existir dos impuestos iguales en España. En IRPF las comunidades también han actuado, aunque no en la tarifa. Han legislado en deducciones y bonificaciones, pero en lo realmente visible como es la tarifa, no lo han hecho. Las comunidades no son inmunes al clima político. Y el consenso general es que el IRPF no debe subirse. Es, por tanto, difícil que se planteen subir el impuesto. Y bajarlo no pueden ...

P. Madrid baja un punto en 2006 ....

R. La felicito si puede hacerlo. Yo no podría hacerlo; ¡pero si Madrid puede ...! No se cómo van a financiar la sanidad. Yo no podría, nosotros no tenemos margen para hacerlo. Ya nos gustaría.

P. Hasta ahora Sociedades se ha convertido en el único impuesto federal, por utilizar su terminología. Pero es seguramente el más indicado para jugar con él en la batalla por atraer inversión y actividad, como ya hacen las diputaciones vascas. ¿Debe entrar también en la cogestión y en el reparto de autonomía tributaria?

R. Desde el punto de vista de los rendimientos, sí, como ya ocurre en Alemania. Pero, a mi entender, el margen de actuación de las comunidades en la capacidad normativa debe ser muy limitado. En este impuesto deberíamos tender hacia una mejor armonización a nivel europeo, de manera que no sería bueno que a nivel español se parcelase. Pero hay espacio para un mayor margen de autonomía, respetando siempre la armonización y evitando la competencia fiscal dañina. Pero pueden adoptarse mecanismos de codecisión.

P. ¿Qué haría con Seguridad Social?

R. Creo que haremos bien con dejarla al margen. Requiere de un tratamiento específico. No debe mezclarse.

'El PSOE debería defender a España sin negar a Cataluña'

p. ¿Cómo se sienten ustedes en un debate de resolución de déficit, agravios o insolidaridades, en un partido socialista, parte del PSOE, con vocación nacional?r. El Partido Socialista de Cataluña (PSC) es un partido nacional catalán. Catalanista, no nacionalista. Hace de la igualdad un aspecto clave de su ideario. Para ser consecuentes con la Constitución no se puede afirmar a España negando a Cataluña. Y esto sucede, a veces, en el resto de España. Algunos deberían preguntarse si cuando reivindican a España no lo hacen negando a Cataluña. Nadie afirma y lucha por estas dos realidades tan consecuentemente como lo hace el PSC. Me gustaría que el PSOE las asumiera con la misma valentía. José Luis Rodríguez Zapatero lo está haciendo: por primera vez un presidente del Gobierno asume este tipo de planteamientos con plena convicción y para nosotros es un motivo de esperanza. Yo me encuentro comodísimo defendiendo las dos cosas. Y me encuentro incómodo y preocupado cuando, en los dos extremos, veo incapacidad para aceptar la compatibilidad entre Cataluña y España.Este planteamiento no es bueno para España. Por supuesto que defiendo los intereses de Cataluña, pero estamos prestando un servicio a la España por la que hemos luchado: la España democrática y respetuosa con la pluralidad, la única que es posible en el futuro.p. ¿Puede darse el caso de que la gente fuera de Cataluña piense que ustedes, por la composición de su Gobierno, anteponen el concepto nacionalista al de socialista?R. Todo el mundo tiene su ideario, y los partidos que están en este Gobierno tienen sus aspiraciones, pero ahora nos debemos todos al pacto de gobernabilidad. Tenemos que juzgar a las fuerzas políticas por sus actuaciones, sin juicios preestablecidos.

'Atraemos ya más inversión de la que sale'

'En el último año ha llegado inversión en volumen muy superior a la deslocalización. Hemos hecho un pacto por la Competitividad en Cataluña con vocación estratégica, porque estamos asistiendo a una transformación profunda de nuestro modelo de competitividad; no somos ya competitivos en costes o lo somos menos; y no tenemos más solución que mejorar nuestra competitividad', asegura Antoni Castells. 'Y para mejorarla -afirma- hay que tomar decisiones transversales; hay que sembrar el terreno y ya fructificará. Esto quiere decir infraestructuras, telecomunicaciones, I+D, inversión en educación; quiere decir impuestos favorables'.Ajuicio del consejero de Economía y Finanzas de la Generalitat 'hace un año se había creado un clima muy enrarecido por cuestiones políticas, y porque se produjeron determinados episodios que contribuyeron a ello. Y en este clima se produjeron algunos casos de deslocalizaciones empresariales muy dolorosos, con coste socioeconómico. El ruido no se correspondía con la realidad, y no ayudaba a crear confianza'.'En 2004 en Cataluña los episodios de atracción de capital extranjero y de localizaciones ha sido mucho más importante que la deslocalización. Hemos pasado de absorber el 6% de la inversión extranjera al 30% en 2004. Diez o doce empresas han elevado su inversión en Cataluña en plantas ya existentes o nuevas. Las dos del automóvil, Nissan y Volskwagen; Sanofi-Aventis, Novartis, Basf, etc. Ha llegado inversión en volumen muy superior a la deslocalización. Cuando hay deslocalización hay que paliar los efectos, pero no podemos poner puertas al campo'.

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